sábado, 28 de abril de 2018

CON ÁRBOLES, NO HACEN FALTA TOLDOS

Ya solo queda un árbol.  Cuando la cultura del árbol desaparece, el mundo se plastifica.
¿Un mercado cobijado por las copas de los árboles? ¿Un paseo protegido con sonido ambiente de los pájaros que lo habiten? ¿Un microcinturón verde que arrope una ciudad que pretende ser turística para sobrevivir? ¿Algo que crece a tu lado, a tu paso? ¿ Practicar Shirin-Yoku (paseo bajo los árboles como terapia) en la propia ciudad? Qué lejos está siempre la utopía.

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